LAS POLAINAS DE BUCHARDO



"Apátridas al pedo, apátridas al pedo.
Ya no nos iremos, porque nos es propio quejarnos
y sudar.  Un domingo, cansados..."
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Intérpretes: Fabrizio Avila, Igor Alfaro Méndez
Escenografía y realización de objetos: Fernando Avila, Fabrizio Avila
Fotografía y video: Janos Alfaro
Diseño Gráfico: Bombai
Productorxs Solidarixs: Stella Maris "Turca" Seleme, Pablo Javier Idiazábal, Jose Alfredo Alonso, Karin Reins, Mónica Berman, Lucia Arias, Celeste Pereyra
Dramaturgia: fernando avila
Dirección: Fernando Avila

SINOPSIS
Hay un barco semi-hundido en el medio del Río de la Plata... en él: dos piratas tercermundistas se extravían en sus ansias de organizarse. 
Hay una tensión latente, de mosquitos y de hastío.  Un calor abrasador que calcina cualquier esperanza de supervivencia. Mucha podredumbre y dejadez. Moscas, agua pútrida y, tal vez, una asamblea.

LA OBRA
Anclada en el lenguaje de la comedia (como todas las puestas del grupo), Las polainas de Buchardo es una historia plagada de intentos por sobrellevar la rutina, por sobreponerse al hastío.  La poca linealidad del argumento y la densidad de los estados, ayudan a evidenciar ese lugar del que no se puede salir.  El espacio escénico reducido, casi ínfimo: también.
Una cooperativa autogestiva de piratas es el marco de referencia, pero tal vez eso sea anecdótico; quizás eso sólo sirva para empezar y para organizar la escena.  De fondo no hay más objetivos que el de sobrevivir y el de estar, objetivos propios del estancamiento, de la cercanía con las costas del éxito (cualquiera que sea la empresa que se lleva a cabo) y de la esperanza (muy a menudo estéril) de poder llegar.
Pero no es en ese lugar donde está el foco, si no en las formas en que se constituyen los vínculos, los lazos preestablecidos en nuestras sociedades occidentales; en las identidades que nos figuramos o creemos figurarnos; en como nos asociamos con afines, con extraños; en cada uno de los valores que ya vienen (arrastrados) de antemano por las herencias morales predominantes, ahí está puesto.  Ahí, y en el constante fracaso al querer invertirlas o subvertirlas.  Y ante el fracaso, a menudo, lo que queda es el delirio o la rutina, que suelen parecerse bastante (a veces).

LA PRODUCCIÓN
De más está decir que somos una compañía bastante marginal (por decisión, principalmente), y marginal en el sentido de elegir las márgenes como lugar a habitar, como posibilidad de encontrarnos plenos o algo así, cosa que nos permite un montón de universos y posibilidades, pero que a la vez nos restringe en algunos otros.  Esos otros, por lo general, son los mundillos de los recursos financieros.  
Para producir una obra, incluso en compañías tan gasoleras como la nuestra, hacen faltan recursos, y recursos financieros sobre todo (pues de los otros conseguimos / nos las ingeniamos/ lo resolvemos (construimos, realizamos, fotografiamos, diseñamos, escribimos, actuamos, etcetereamos)).  Para financiarse, digamos que puede haber varias vías. A saber: tramitando subsidios de entidades estatales y/o sin fines de lucro; a través de auspicios de empresas o emprendimientos privados; o mediante recursos propios. En nuestro grupo decidimos buscar otras alternativas a esas (y sin haber descubierto la pólvora ni inventado la imprenta (ya que no somos ni los primeros ni esperamos ser los últimos) apelamos a la solidaridad de nuestros afines y nuestros extraños. 
Después de debatir como encararíamos la cuestión de la producción, arribamos a la conclusión de que no queríamos generar un intercambio comercial o una operación cuasi bancaria de préstamos, pensamos alrededor de la palabrilla solidaridad y el valor de ella y caímos en la cuenta que aferrarnos a ese concepto nos dejaba en un lugar que había que reivindicarlo (al concepto), qué fomentar la politización de la solidaridad también es trabajar en pos de encontrar alternativas. Y lanzamos una convocatoria, exponiendo eso, explicando que para llegar a buen puerto necesitábamos una cierta cantidad de dinero que no teníamos (y cualquiera podría haber pensado "eh... y porque les voy a dar mi dinero a cambio de nada" (es un buen razonamiento y es muy probable que esas personas no hayan respondido a esta convocatoria)), dinero que no teníamos y que no estábamos en condiciones de conseguir en lo inmediato pues estábamos muy abocados a la finalización de la obra. Aún a sabiendas de que el fracaso de la misma (de la convocatoria) estaba ahí, agazapado, acechando, esperando para enrostrarnos el sentimiento iluso... aún a sabiendas de eso: la hicimos (a la convocatoria). 
Para nuestra sorpresa, esos afines, comenzaron a responder casi inmediatamente, a compartir, a difundir, a aportar; y es por todos ellos que logramos llegar al escenario, nuevamente, que es el lugar en el que más cómodos (de la comodidad del placer, no de la que te da la paja de no hacer nada) y más alegres estamos.
Por eso a todxs nuestros productorxs solidarixs, a Stella Maris "Turca" Seleme, Pablo Javier Idiazábal, Jose Alfredo Alonso, Karin Reins, Mónica Berman, Lucia Arias, Cele Pereyra: Gracias.

Al final del día, podríamos decir que se puede, producir de otra forma; y hasta incitamos a otros grupos a que lo hagan, que se puede. 

LAS IMÁGENES







LA PRENSA